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joseluistrullo

UNA LLUVIA COMO UNA PROSA

1

Una lluvia como una prosa
deslabazada, informe,
perfectamente al tanto:
cae,
no se precipita.

2

No es del mar,
el rumor que expelen

las caracolas,

sino el eco de tu mente
rebotando en su oquedad.

3

Coches aparcados.
Parecen muertos
esperando la resurrección
de los vivos:

— Fiat, veni foras!

4

Volcado hacia los vientos, mi velero
carece de un motor auxiliar:
su deriva depende por completo
de los hados de la mar

(otra impulso, descartado;
otra fuerza, no lo hay).

5

Un leve traspiés, un patinazo
imperceptible al ojo humano,
condena al soberbio pavo real
a arrastrarse por el barro:

no admite la tara, el animal
designado por lo Alto
para hablar del Ideal
a los hombres cabizbajos.

6

Con pies de plomo sólo se puede
caminar por el fondo del océano:

no dar brincos como los peces
voladores, ni levitar, ni del légamo
arrancarse sin describir las eses
típicas del anfibio borracho…

7

El mensaje que descendió
plausible sobre el felpudo
no contenía en sí mismo la cifra
que lo permitiera interpretar.

Ante las puertas permanece
aún sin admitir.

8

Sobre las huellas que cicatrizan
crece, primero, una piel más recia
y después, ya, una piel más fina.

Sólo ésta se envenena.

9

Un paseo lento
(derivando poco a poco
a lentísimo)
abrío moderadamente
los chorros del oro:

metal noble e infrecuente,
él solo mana
para el pie moroso
y el ojo no asesino.

10

No circulan esta mañana los trenes:
una nube ha descarrilado,
vaciando todo su contenido sobre la vía
láctea de mi inspiración entrecortada.

No hay coches ni caballos que me lleven
lejos del marasmo.

Tras la tormenta de iones, se impone
el cortocircuito de la luz.

11

Se azula el negro de los muros—
se aclara el día en la pared.
Por entre los barrotes presumo
el final para esta sed:
pegotes, grumos
ambages
que en el borde se reclaman
de lo que es y lo que no es.

No habrá para el insomne calma
ni, astuto, para el farsante:
los orates seguirán,
como siempre, el rastrillo de la hez.

12

Torpe amanecer

Reflejos
eléctricos
Ínfulas extrañas:
recovecos

Vacilación
entre ser y parecer

Indigna, la luz
se retira a su guarida

Ya viene el sol…

13

“Mi pensamiento es una sensación,
una máquina que trabaja por sí sola, y sin ruido.
Nunca asume mi nombre, ni depende mí.
Oigo cómo dircurre.
Su silencio no habla, es un murmullo
que disuelve los rostros en la oscuridad”.

J. TALÉNS

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